2 de julio de 2013

Transito.



-1-



Como viene siendo habitual voy a desclasificar otro de mis archivos privados, con el solo ánimo de informar sobre determinados sucesos y por considerarlo de interés general para el público. (Quizás me recuerden por el anterior documento que publiqué en este mismo medio http://www.loscuentos.net/cuentos/link/490/490786/ en “El Caso Porcel”) o en este mismo blog.  



Pero por si no me recuerdan, les diré que mi nombre es Ariel Merino y soy Inspector del Cuerpo Nacional de Policía, donde me ocupo específicamente de los casos clasificados como “inhabituales o anómalos”.

He de puntualizar que el relato en esta ocasión es distinto en la forma en la que lo hice en el anterior - que fue de manera más subjetiva - y que en este me limitaré a copiarlo íntegra y fielmente desde el atestado policial que realicé en su momento, para que de este modo el posible lector lo interprete según sus propias y genuinas deducciones. Nunca ha sido mi intención influir bajo ningún concepto ante las conclusiones que se depararan tras la lectura de los hechos relatados.



Es evidente que, tanto mi nombre (naturalmente, utilizo seudónimo) como los demás nombres implicados en los hechos acaecidos en este atestado, fechas, direcciones o referencias personales, han sido modificados o censurados en parte para salvaguardar la identidad de los concurrentes y la situación de los domicilios particulares.



Aclarados estos matices, procedo a transcribir el documento oficial que, por ser algo extenso, publicaré fraccionado:



Página 1 de 4.



                Ministerio del Interior                

   Dirección General de la policía  

Jefatura Superior de Madrid



// Instructor: 1430XX                          // Atestado nº: 12XX

// Secretario: 0                                   // Dependencia: Jefatura Superior.



En Madrid, siendo las XX horas del día XX de Marzo de 20XX, ante el instructor y secretario arriba mencionados:

- - COMPARECE:

- Don Ignacio XXXXXXXX XXXXX con D.N.I: 24.3XXXXX-X y domicilio ubicado en la calle XXXXXX  nºXX, según consta en su documento y que el denunciante verifica de palabra, que:

- - MANIFIESTA:

- - Que comparece, visiblemente nervioso y en un estado de excitación muy elevado, para dar cuenta de los hechos ocurridos desde el día de ayer, a las XX horas aproximadamente, en la VÍA PUBLICA URBANA, Calle XXXXXXX  nº XXX sita en Madrid y que es domicilio habitual de su amigo Don Víctor  XXXXX XXXXXXX  con motivo de una serie de sucesos que se detallan continuación:



- - Que dice que mientras se encontraba en su consulta, ejerciendo rutinariamente su profesión de doctor en medicina, recibió una angustiosa llamada telefónica del arriba mencionado Víctor, del cual atestigua ser amigo desde hace varios años, y teniéndolo por persona cabal se sorprende con la premura y desazón con la que le insta para que acuda a visitarlo a su domicilio, ya que dice encontrarse en una situación de urgencia médica y de peligro inminente, sin especificar en modo alguno la naturaleza concreta que le acarrea esta circunstancia.



- - Que como su amigo nunca anteriormente había demostrado ese comportamiento y temiendo se encontrara en una verdadera situación crítica, se alarmó considerablemente y portando algunos utensilios propios de su profesión, se traslado velozmente al domicilio de este, que cuando llegó estaba la puerta abierta y al entrar lo encontró postrado en un sillón de la habitación cubierto tan solo con una sábana negra de seda que conjeturó perteneciente al ajuar, ya que pudo observar desde su situación otra similar encima de su cama. Que le sorprendió la actitud de Víctor ante la petición de que se descubriera para poder reconocerle, ya que estaba envuelto hasta la cabeza y no se le apreciaba ni rostro ni extremidades, pero que solo obtuvo en reiteradas ocasiones la vehemente negativa de su amigo a descubrirse, incluso violentamente, mientras insistía en que se sentara frente a él porque debía contarle algo que le había sucedido y le suplicaba por si él tuviera explicación.



- - Que accediendo finalmente a su insistencia y ya que articulaba palabra con fluidez meridiana, dedujo que quizás su grado de peligro físico fuera menor que el anunciado, aunque si observaba en él un estado tan alterado que rozaba el paroxismo, por lo que se dispuso a tranquilizarle del mejor modo que pudo y animándole a que le relatara que había sido lo ocurrido que lo dejara en tan pavoroso estado.



-2-



Página 2 de 4.



- - Que el compareciente, tras calmar suficientemente a su amigo Víctor hasta el punto de poder explicarse con coherencia, se sentó frente a él en otro sillón que allí había y se dispuso a escuchar pacientemente lo que este quería decirle, pensando que, a la escucha de su historia, su amigo se tranquilizaría sirviéndole esto como terapia y le permitiría realizarle el reconocimiento médico pertinente a posteriori.



- - Sucesos que en boca de su amigo Víctor relata a Ignacio y que este Instructor lo transcribe literalmente:



- - Dice Ignacio que su amigo comienza relatándole como en la mañana de ayer, aproximadamente a las 10,00 horas, se encontraba trasladándose con total normalidad en la línea 29 del autobús urbano de la ciudad (EMT), distraído y sin prestar demasiada atención al resto de pasajeros que le acompañaban, hasta que en un momento determinado y sin saber demasiado bien por qué, se fijó que en una de las paradas subía una anciana de aspecto harapiento, enlutada hasta el punto de no apreciársele carácter alguno de sus facciones y que con descaro no adquirió el billete de transporte, y que para sorpresa de él,  pasó completamente desapercibida para el conductor-cobrador del vehículo tal y como si fuera invisible a sus ojos.



- - Que ante tal muestra de insolidaridad ciudadana se sintió tentado de avisar al conductor de esta circunstancia y, decidido, avanzó un par de metros  quedando frente a la anciana que le impedía el paso, ya que se encontraba en el mismo sitio desde donde había subido al principio, bloqueándole de este modo su progreso.



- - Que de repente reparó en que la anciana no se sujetaba en modo alguno a ningún asidero de los que suelen haber para evitar a las personas los desplazamientos incontrolados por los frenazos y arranques propios de estos vehículos, pero que a pesar de ello se mantenía completamente estable y sin moverse del sitio en absoluto, contrastando esto con el movimiento del resto de todos y cada uno de los demás pasajeros.



- - Que constató al estar tan cerca de ella que no se adivinaba ni la más mínima definición del rostro tras el sayo negro que le cubría la cara, y que le sobrevino un repentino escalofrío cuando fijándose, no pudo observar ni pies ni manos, de forma que PARECÍA FLOTAR A UNOS POCOS CENTÍMETROS DEL SUELO de forma que esta visión le resultaba inexplicable. 



- - Que asustado por lo extraño que percibía intentó retroceder, pero se encontró imposibilitado, sintiendo como si sus pies hubieran quedados adheridos a la superficie del vehículo y que, justo en ese momento, la anciana levantó una manga del sayo del cual apareció una mano extremadamente blanca – a su parecer, ya que no pudo verla claramente porque cerró precipitadamente los ojos – y que rozó su frente, sintiendo en ese momento un intenso frío que recorría cada una de las partes de su inmovilizado cuerpo, sintiendo un estremecimiento que nunca antes había experimentado.



- - Que acto seguido, la anciana se dio la vuelta, como si rotara circularmente sobre sí misma y dirigiéndose del modo arriba descrito – como si flotara – se acercó al conductor del autobús y posó su mano sobre el hombro de este, cosa que al contrario de él, pareció no apercibirse ni inmutarse.



- - Que después de esto, ante la impasibilidad del conductor, la anciana volvió a rotar sobre si misma y avanzando de esa peculiar forma se dirigió hacia donde él estaba y que llegando a su altura LO TRASPASÓ DE LADO A LADO, como si esa anciana fuera una proyección o algo inmaterial, pero que por lo después observado él solo podía ver, ya que la anciana continuo tocando en el hombro a determinados pasajeros de modo aleatorio, sin que ellos se apercibiesen de la presencia de la anciana y sin que él supiera por qué motivo así los seleccionaba.



- - Que después de unos segundos de proceder la anciana de este modo, se dirigió hacia la parte trasera del autobús y por unas causas que no consigue explicarse se volatilizó, fundiéndose con la placa metálica al fondo del vehículo y desapareció.



- - Que en ese mismo instante se sintió liberado, notando como sus pies parecían despegarse del suelo donde se hallaban inmovilizados y dando un salto hacia atrás cayó sentado en el suelo, cosa que propició que viera con sus propios ojos como todos aquellos que habían sido rozados en el hombro por la anciana adquirían un color cetrino, grisáceo, casi como en blanco y negro, mientras que los que no lo habían sido mantenían su color natural, cosa de la que él solo fue capaz de percatarse, ya que ninguna de aquellas personas parecía advertirlo.



-3-



Llegado este punto, yo, como Inspector curtido en cientos de situaciones en las que otros perderían los estribos, decidí hacer un receso ya que Ignacio se mostraba cada vez mas alterado según abundaba en la historia que le había referido su amigo Víctor y que ahora me relataba para el atestado; Se podía observar a simple vista como el flujo de su sangre golpeaba visiblemente en la vena aorta de su garganta, acompasándose a una respiración que se agitaba violentamente por momentos.



-         Cálmese Ignacio. – Dije pausadamente - Creo que se está poniendo usted demasiado nervioso y si quiere que le diga la verdad, lo que me está contando que le relató su amigo Víctor me parece una retahíla de disparates, ocasionados quizás por alguna droga o algún tipo de enfermedad mental. Sinceramente, no sé por qué se toma tan en serio las explicaciones de Víctor. Usted, como doctor, debería saber que no tienen ni pies ni cabeza y menos un motivo serio para alterarlo a usted de ese modo. Pareciera que su amigo Víctor le hubiese contagiado su locura. Quizás, como amigo suyo y médico podría recomendarle algún compañero especialista en psiquiatría o en rehabilitación, si fuera el caso...



-         ¡Usted no me está ayudando nada Inspector! – Contestó dando un respingo – ¡He venido principalmente a pedirles ayuda, porque no sé como manejar esto! Ah, pero claro...es que aún no he terminado de contarle todo y es por eso que no me entiende...



-         Pues si se encuentra en condiciones podemos continuar...Porque realmente aún no consigo ver porque está usted prestando declaración en esta comisaría, en mi presencia. Hasta ahora no veo indicios de delito si no más bien la contagiosa chifladura de un individuo, al que usted toma demasiado en serio... La policía no está para atender desvaríos, señor mío...



-         No, no...téngame un poco de paciencia y yo le explico – Dijo exhalando una gran bocanada de aire -... ¿Puedo fumar un cigarrillo?



-         Aquí no se puede fumar...pero si eso va a tranquilizarle, hágalo. Me gustaría acabar con este extraño atestado antes de finalizar mi turno.



-         Gracias inspector. – Ignacio encendió parsimoniosamente su cigarrillo mirando distraídamente el humo que se dispersaba por el despacho, como si de él fuera a extraer las palabras con las que pensaba proseguir.



-         Continuemos pues...- dije algo molesto por su calmosa abstracción.





Página 3 de 4.



- - El compareciente dice que su amigo Víctor le relató que seguidamente se apeó a la mayor velocidad de la que fue posible de aquel autobús, que continuó perdiéndose en los aledaños de la siguiente calle de su ruta y que no tuvo más noticias de este, hasta llegar a su domicilio, en circunstancias que posteriormente explicaría.



- - Que en el trayecto de vuelta a su domicilio Víctor le relató que de repente fue consciente de que en la calle y junto a varias decenas de transeúntes podía observarse que muchos de estas personas estaban acompañados de figuras negras, ligeramente separados por pocos centímetros, de la misma forma que había visto anteriormente a la anciana, siendo estas por el contrario de distintas tallas y medidas, habiéndolas con forma de recios hombres, mujeres e incluso niños, asemejándose estas en la forma de la persona que seguían. Aunque si constató que aquellas figuras a las que pudo ver rozando el hombro de su acompañante – no lo hacían todas – convertían a  aquellas personas a los mismos tonos grisáceos que había visto en el autobús. Espantado por esta visión se trasladó velozmente a encerrarse en su domicilio ante el temor que le producía la simple visión de aquellos seres y el miedo patente a que a él mismo lo transformaran.



- - Que una vez en el domicilio encendió la televisión, desconcertado,  por si algo de aquello figurara en algún informativo y que justo en ese momento estaban ofreciendo la noticia del terrible accidente de un autobús de la línea 29,  que se había estrellado hacía pocos minutos, en el que se habían producido varias victimas mortales, incluido el conductor del transporte.



-4-



Página 4 de 4.



- - Que dadas las extrañas circunstancias y lo acontecido, dedujo que algo siniestro se abatía sobre su persona sin conseguir darle explicación, dada la relación que existía entre lo que él había experimentado en el autobús y su posterior accidente y que su primer impulso fue llamar al que relata, pero que se vio impedido a hacerlo en ese momento ya que una de esas figuras negras se encontraba justo en el centro de su habitación. Sin embargo, según explica el dicente, esta vez en vez de sentir pavor se enfrentó a tan macabra visión, que parecía aguardarle en su propia casa, y dirigiéndose a esta presencia le grito QUE QUIERES DE MI, POR QUÉ ME PERSIGUES, y algunas otras frases del mismo contexto, y que esta criatura se trasladó sin rozar el suelo hasta pocos centímetros de su persona y le ordenó QUE CALLARA Y ESCUCHARA ATENTAMENTE LO QUE HABRÍA DE DECIRLE, y él así lo hizo.



- - Que la criatura seguidamente le explicó que lo que estaba experimentando era forma y parte natural de la muerte individual de cada persona de este mundo.

Que una vez llegado el trance, al contrarío de lo supuesto por infinitud de personas en todo el planeta, la muerte es un proceso tal que un nuevo nacimiento, en una nueva dimensión en la que la vida se comporta de un modo distinto, y que al igual que disponemos de obligaciones en el propio mundo terrenal, también las hay para cerrar el transito satisfactoriamente hacia esa nueva vivencia, debiendo cumplir determinas acciones para poder acceder al portal donde una vida distinta continua.



- - Que su obligación era contactar con el dicente – Ignacio – ya que el objetivo de Víctor no era otro que señalar el hombro de su amigo para que su reloj biológico comenzara a dejar de funcionar, ya que era su hora, y que esto se simbolizaba con un cambio en los colores de las personas que solo ellos podrían apreciar cuando al que tocan es el ser o seres que tienen determinados. Si no es así, el transito pudiera alargarse por muchos siglos hasta que casualmente encontrara a la persona o personas para la que fue determinada señalar y que incluso existían casos de algunos que nunca hallaran a su objetivo, vagando por siempre como seres errantes que nunca cumplimentarían el transito.



- - Que Víctor preguntó al ser oscuro el por qué de que le explicara todo aquello y la circunstancia de que aquella anciana le tocara en la frente y no en el hombro como a los demás, que parecía querer decirle con esto que su muerte era inminente, ya que el podía ver desde entonces a las personas que se transformaban a grises,

 a lo que la figura negra le contestó: TÚ ERAS EL OBJETIVO DE LA ANCIANA PERO NO PARA SEÑALAR TU MUERTE. TE TOCÓ LA FRENTE PARA ABRIRTE LOS OJOS Y PUDIERAS VER Y RECONOCER TU NUEVA DIMENSIÓN. AL IGUAL QUE LAS MADRES NOS CUIDAN Y PROTEGEN DESDE EL TRANCE DEL NACIMIENTO, YO SOY TU GUÍA Y  LA ANCIANA CUMPLÍA SU MISIÓN, Y ASÍ HA SIDO. AHORA QUE YA AMANECIDO DEBES LLAMAR  A TU AMIGO IGNACIO.



-         A ver... ¡un momento, amigo Ignacio! – Dije resoplando con incredulidad – ¡Usted quiere hacerme creer una milonga infumable!... ¿Como se le ocurre venir a una comisaría a soltar tan ricamente tal cantidad de sandeces?



-         ¿No lo ha comprendido Inspector...? ¡Víctor me tocó en el hombro esta mañana mientras hablábamos! ¡De repente alzó una mano cadavérica y me rozó el hombro...! ¡Inspector, Víctor quiere asesinarme! ¡Le juro que cuando me tocó le arranqué la sábana negra que lo cubría... y allí no había nadie!



-         Mire Ignacio, ya estoy harto de tonterías – dije levantándome bruscamente de mi asiento y con un golpe en el cristal de la puerta avise al agente de guardia que permanecía fuera del despacho -... Agente, acompañe a este señor a su domicilio... Ignacio, usted firme esta comparecencia que debo archivar por protocolo y márchese a su casa. Ya hemos perdido demasiado tiempo.



-         ...¡Pero inspector, debe usted creerme...vaya al domicilio de Víctor!¡Compruebe lo que le digo!



-         ¡No me haga perder más el tiempo caballero! Márchese por su propio pie si quiere o el agente le llevará esposado...y si dice media palabra más dormirá en el calabozo. ¡Firme y terminemos con esta farsa!



- - Que el dicente no tiene más que decir, firmando su declaración en prueba de conformidad, en unión del Instructor. 
CONSTE Y CERTIFICO.



---------------------------------------------------------------------------------



// NOTA COMPLEMENTARIA A PIE DE ATESTADO //



- - Este Instructor que cumplió con la diligencia en modo y forma, con fecha arriba indicada,  precisa ampliar con una aclaratoria la finalización de este atestado:

MANIFESTANDO:

- - Que cuatro días después de la redacción de este peculiar atestado en presencia de los concurrentes arriba especificados, y preocupado por la salud del dicente dada su extraña declaración, se persona en el domicilio del declarante -Ignacio- junto a una dotación Z, con identificativos C-21 y Z-14, para verificar cualquier anomalía con el mismo, y habiendo llamado en repetidas ocasiones a la puerta del domicilio indicado en el atestado por el dicente sin obtener contestación, se decide romper un pequeño cristal situado en la parte superior de la puerta para que por medio de un gancho y un cerrajero proceder a efectuar las comprobaciones oportunas, saliendo inmediatamente de la estancia, por el hueco de la rotura, un olor característico que alerta a los agentes y a mi mismo, ya que es reconocido como sintomático de putrefacción.



- - Que efectuada la gestión previa mediante orden judicial se ordena al cerrajero a la apertura de la puerta del domicilio citado por el declarante, encontrando inmediatamente en el interior a un cuerpo ahorcado mediante cable telefónico y colgado del quicio de la puerta, siendo imposible realizar una identificación positiva del dicente debido a su avanzado estado de descomposición y a un color grisáceo que enmascara las facciones haciéndolas irreconocibles. Posteriormente se efectúan las diligencias de levantamiento de cadáver y policía judicial y se traslada el cuerpo al anatómico forense, para la verificación de identidad y procedente autopsia.



- - Así mismo, para cerrar cualquier línea de sospecha de homicidio se interviene, con las mismas dotaciones arriba señaladas, a hacer averiguaciones en el domicilio del otro implicado en la declaración del fallecido, - Víctor - por si le depararan consecuencias o tuviera causa a proceder, hallando en el interior de este domicilio otro cadáver, pero en estado esqueletizado, datándose por el forense que asiste una data de la muerte de alrededor de 3 años y medio, no siendo consistentes ni necesarias mayores pesquisas por no concurrir en tiempo y fecha del asunto anterior, por lo que se cierran las vías de investigación por estos cauces.



- - Sin nada más que decir, archivando el atestado para su pronunciamiento judicial. CONSTE Y CERTIFICO.





Inspector CNP

Ariel Merino.


6/2013

26 de junio de 2013

El último viaje.


- Control.

- Ordene capitán.


- Abre nuevo documento de inscripción. Autorización prioridad 33-HB3.


- Orden recibida. Abriendo documento autorización 33-HB3, clase: Sólo visión de Comandante. Hecho. Espero.


- Transliteración mental. Comienza.


- Comenzando.


“Sé que no debo hacerlo, pero me resisto a protagonizar esta extraordinaria aventura sin dejar constancia de ello, aún a costa de contravenir las ordenes recibidas.

Creo que, por la descomunal importancia de esta misión, no hacer mención de los repobladores tal y como se especifica en las instrucciones, me parece un insulto a nuestra raza y un fraude para la indígena, así que inicio este registro para que en un futuro propicio el principio sea conocido en sus verdaderas circunstancias:”

- Control. Incluye y graba información. Definición de misión.


- A su orden capitán. Grabando:

Comandante: Ishtar. Año estelar: 11.321. Tiempo de navegación: 384.897.454 Ua.
Nave colonizadora: Navío Cimar 20, clase Pioneer (Asalto/Base-Nodriza).
Rumbo: Sistema planetario de composición multiforme, culminado por estrella de magnitud espectral G2 y sistema planetario con identificación positiva de vida.
Misión: Conquista e intervención en planetas de condiciones similares al nuestro y aglutinación progresiva a las razas indígenas pre-existentes, para la perpetuación exitosa de nuestra forma de vida genética, sin perjuicio ni información evidente.

“Es esta última parte de la instrucción la que estoy omitiendo y no precisamente por un malentendido orgullo, si no más bien llevado por la satisfacción que pudiera sentir un artesano a la finalización de un trabajo bien concluido.

Considero importante magnificar el éxito y logros de nuestra raza que, partiendo de un principio tan humilde como la precaria supervivencia en cuevas y agujeros, fuimos evolucionando invento tras invento, avance tras avance, hasta convertirnos en la civilización estelar y conquistadora que hoy somos, llegando al punto de poder diseminarnos y asimilarnos entre aquellas otras formas de vida cuyas morfologías nos sean adecuadas.”

- Control.


- Ordene capitán.


- Tiempo de llegada, análisis y conformación del destino.


- Llegada aproximada: 57 Ua. Diámetro planetario: 12.700 km. Composición: Tres estados confirmados; Litosfera, hidrosfera y atmósfera. Composición sólida, metales, silicios y varios, en un 29%, líquida - H2o - en un 71%. Rotación orbital y estacional estable y regular alrededor de la estrella. Formas de vida detectadas en periodo evolutivo incipiente. Una sola forma morfológica predominante y coincidente en evolución primaria. Compatibilidad 98%. Situación de habitabilidad confirmada.


- Excelente, las previsiones eran correctas. Estoy satisfecho Control. Se ha realizado un trabajo impecable desde nuestra partida. Graba documento, incluye nombres de la tripulación, cierra documento y crea nomenclatura.


- A su orden capitán. Grabando documento, incluyendo nombres de tripulación. Navegantes: Comandante: Ishtar. Tenientes: kur, An y Ki. Ingenieros y genética: Krishna, Rama, Shiva, Bali, Brahma y Vishnu. Repobladores: Adonai y Jehová Mekaddesh. Información archivada. Aviso: Aproximación inminente a destino. Aviso: Se precisa nomenclatura de destino planetario, capitán. Espero.


- Esta bien...Déjame pensar...Creo que lo nombraremos por el medio más escaso y, por tanto, más preciado; Llamémosle sólo Tierra. Cierra archivo y graba. Dispón el descenso pre-configurado y tomemos posesión de nuestro nuevo hogar.


- Orden recibida. Grabando documento clase 33-HB3 nomenclatura de Planeta: “Tierra”. Cerrando archivo. Disponiendo el descenso...


6/2013

26 de mayo de 2013

Desventuras animales 1 - Tortu -




Llámenme raro, incluso sería permisivo que me adjetivaran de extravagante.
Pero no a todas las personas con dos dedos de frente, por fuerza, han de gustarnos los animalitos (a las mascotas me refiero).

El caso es que mi vida siempre ha transcurrido bajo un orden sumamente metódico y ordenado, por tanto, el sólo planteamiento de adquirir, aceptar regalado, adoptar, cuidar prestado o incluso permanecer cercano más tiempo del estrictamente necesario en las cercanías de una de esas pequeñas bestias turba mi pensamiento, me sube la tensión y me produce tremendos ataques alérgicos a modo de estornudos, sarpullidos, toses y esputos que me amargan considerablemente la experiencia. Y aunque mi doctor lo describa meramente como puro ataque psicosomático, con una pizca más bien generosa de hipocondría, el que pasa verdaderamente el mal rato soy yo.

Ya desde niño, advirtiendo mis progenitores de esta rala aversión a los animales tan poco natural en los demás infantes, optaron por curarme de mis manías regalándome en la fecha de mi séptima onomástica un pequeño galápago de agua dulce, cuyo mayor cuidado era proporcionarle agua fresca de tanto en cuanto, un trozo generoso de lechuga y algunos bichitos - que ahora no recuerdo la especie - pero que me daba mucho asco tocar.
Pero mi primera impresión al recibir tan extraño regalo fue que mis padres se habían vuelto locos - o muy tacaños - por regalarme para mi cumpleaños una simple piedra verde sumergida en un recipiente estanco de agua maloliente.

Decidí otorgarles el beneficio de la duda deduciendo equivocadamente que su acto era algo meramente educativo y que algún fin concreto tendría para mí esa enseñanza, así que al rato, después de mucho cavilar extraje de mi bien ordenado estuche unas ceras multicolores y suponiendo que era un objeto para colorear comencé a pintar esa cosa con tonos diferentes por cada uno de los cuadraditos que conformaban su estructura.
Pero cual fue mi sorpresa cuando, de repente, a la piedra le salieron patas y cabeza con boca, propinándome tal susto que me costó numerosas posteriores pesadillas en las que incluso, en alguna mala noche, me llegué a hacer pis en la cama.
Cuando me calmé y fui correctamente informado de los cuidados del animalito me propuse seriamente llevar a cabo con diligencia su manutención y mantenimiento, que como dije antes no era asunto difícil; Pero esta tarea – quizás por mi patente falta de interés – se me hacia harto engorrosa y mi mente, entonces aún muy dispersa, hacía que pasaran largas temporadas sin atender lo mas mínimo a “Tortu”, que es el nombre tan poco imaginativo que le endosé al bicho.

Fue de pronto que un día recordé que había depositado a Tortu en la repisa de la ventana de mi cuarto con la sana intención de que le diera el sol y el aire, cosa beneficiosa sin duda, si no fuera por el detalle que eso ocurrió en Diciembre y ya íbamos para mediados de Julio.



Subí las escaleras a mi cuarto corriendo y temeroso por el destino de mi mascota, pero en el acto me tranquilicé al asomarme a la ventana y ver a la tortuguita con sus patitas extendidas y la pequeña cabeza expuesta al sol veraniego, flotando placidamente en su pequeño estanque de ridículas palmeritas artificiales.
Enseguida me sentí aliviado y, con gran sentimiento de culpa, la proveí de dos grandes trozos de lechuga – por si se me volvía a olvidar – y me marché silbando a hacer otras cosas, maravillándome mientras tanto de la capacidad y extraordinaria resistencia de aquellos pequeños animales.

El caso es que se acercaba la fecha de mi octavo cumpleaños y mi madre me preguntó solícita por si me hacía ilusión que me compraran como regalo una compañera o compañero para Tortu – ¡quien sabe a simple vista que sexo tienen las tortugas! –.¡..Y entonces recordé espantado que seguía en la repisa de la ventana! En el acto pensé que mucho habría de haber economizado para que aún le durara la lechuga que le puse hacía ya cuatro meses.
Esta vez, ante mi gesto disimulado de completa indiferencia y mis vanos intentos de cambiar de tema preguntando pertinazmente por la merienda, algo sospechó mi progenitora e insistiendo en que la acompañara a mi cuarto me solicitó que le mostrara donde guardaba habitualmente el animalito, ya que cayó en la cuenta que tampoco recordaba donde estaba.

Subimos las escaleras pensando cada uno en nuestras cosas – supongo que mi madre en donde demonios guardaba la tortuga, y yo con el desanimo de recibir un regalo de cumpleaños desaprovechado con otra alimaña – y ya en la habitación nos acercamos al alféizar curiosos.
“¿Ves? Está aquí tan pancha, bien espatarrada y tranquilita tomando el sol...”-le dije ufano señalándola y ensayando mi mejor sonrisa.
“Está muerta...” – sentenció mi madre tocándola con un dedo, no sin antes apartar los podridos restos verdosos de lo que en su día fue lechuga.
“¿Como muerta...? ¡Pero...pero mírala!...- dije con exagerados aspavientos - ... ¡Si sólo está relajándose tomando al sol, con su cabecita extendida, flotando con sus patitas en el agua...!
“Está muerta, José Miguel...-dijo enojada agarrando el recipiente para llevárselo a la basura – No está relajada tomando el sol... ¿Que no ves que está tan reseca que ya ni tiene ojos?

“Ya me parecía a mi que se estaba muy quieta...-musité mirando al suelo como única excusa.

Esa misma semana, la de mi peor cumpleaños, pasaron dos cosas muy desagradables:

La primera, es que mi regalo fueron tres lotes de calzoncillos.
La segunda, es que me pusieron gafas porque se dieron cuenta que era miope.


6/2013

23 de mayo de 2013

Cinco sombras de película

1.

Había estado lloviendo toda la tarde y la carretera presentaba  un aspecto resbaladizo y peligroso, pero esto era algo que a Nerea, sumida profundamente en sus oscuros pensamientos, no le intimidaba en absoluto y continuaba pisando con fuerza el acelerador de su potente BMW.
Sólo deseaba llegar cuanto antes al chalet, sin cuestionarse  ni por un segundo a la peligrosa velocidad que circulaba, con la absurda esperanza de poder desmentir la cruda información que había recibido de Oscar apenas hacia una hora.

“Está confirmado” le dijo con cierto acento sudamericano y la frialdad que caracteriza a un sicario. Después se reclinó en su sillón y pausadamente se encendió un cigarrillo mientras ella desparramaba unas inútiles lágrimas desconsoladas en el sucio piso de aquel despacho cutre y destartalado, situado en el barrio más viejo y oscuro de la ciudad. 

Al poco rato, algo más calmada pero aún furiosa, se marchó de allí a toda prisa no sin antes haber dejado unas precisas instrucciones a aquel individuo tan mal encarado. 

-¡Hijo de puta!... ¡Malnacido hijo de puta! – mascullaba una y otra vez para sus adentros mientras aparcaba bruscamente el coche junto al Audi negro de su marido, Guillermo, que estaba estacionado fuera del garaje del imponente chalet.

Ya en la puerta principal se atusó del mejor modo que pudo la enmarañada melena y se restregó con las manos el rímel corrido de los ojos. Tomó aire, se repuso y sacando las llaves de su caro bolso de D&G se dispuso a entrar al edificio del modo más natural del que en ese momento se sentía capaz.

Dejó su chaqueta aún mojada en el recibidor y enseguida vio en la mesita el teléfono de Guillermo sonando insistentemente en modo vibración.  Lo alzó y miró el identificador de la llamada entrante. Tan sólo se leía “Número oculto, Banco DN”, pero no se atrevió a descolgar.

- ¡Guille, ya estoy en casa…! Tienes una llamada en el móvil – gritó entrando en el salón con el móvil aún vibrando en la mano.

-¡Estoy en la ducha amor! Sube y tráeme el teléfono, por favor…

Nerea apretó con fuerza el aparato rogando para que este dejara de vibrar, pero la llamada con aquella nomenclatura misteriosa continuaba vehementemente insistiendo.
Subió al piso de arriba y se dirigió al amplio cuarto de baño donde su marido terminaba de secarse poniéndose un blanco albornoz, abrió la puerta y alcanzó el aparato de la mano de Nerea.

- Gracias amor…-dijo con naturalidad dándole un pequeño beso en la mejilla - … ¡Qué tarde es!... ¿Qué tal tu día?

- ¡Ah! Bueno, nada, ya sabes…de compras por aquí y  por allá. Luego pasé un momento por la galería de arte y por eso me entretuve en…

-Disculpa cariño…- dijo Guillermo mirando fijamente la pantalla luminosa de su móvil - …es una llamada importante.

Y le cerró la puerta del baño.

Nerea apretó los puños con rabia durante unos segundos y espoleada por la curiosidad aplicó la oreja a la puerta.
Su marido hablaba bajo, casi susurrando, así que apenas llegó a oírlo diciendo “Te he dicho mil veces que no me llames aquí…”, pero enseguida se marchó abajo con el temor de que la descubriera escuchando. Pero con lo poco que había oído, ya le resultaba suficiente.

“¡Maldito hijo de puta!”.Volvió a pensar mientras se servía furiosa un vodka bien frio. Se sentó en un hermoso sillón de piel negra y esperó pacientemente a que su marido bajara del piso de arriba. Sintió como una lágrima rebelde trataba de escapársele pero, esta vez, se prometió que no se lo permitiría.

Guillermo se demoró algo más de 15 minutos y cuando bajó por las escaleras y llegó al salón ya iba impecablemente vestido con un traje azul de corte americano y su abrigo de tres cuartos colgando del brazo.

- Pero… ¿Te vas a estas horas?... ¡Son casi las 10 de la noche! – dijo mirando incrédula.

- Lo siento mi amor. Era una llamada de trabajo y es un asunto importante que no puedo evitar. No me esperes levantada…Igual después de la reunión vamos a tomar unas copas, ya sabes cómo es esto…

- Guille, necesito hablar contigo…Me gustaría que…

- ¡Nerea, te he dicho que es importante…no puedo entretenerme ahora con tus cotilleos! – contestó alzando la voz – Si quieres almorzamos mañana en el centro y me cuentas lo que sea…

Se acercó a su esposa a darle un beso y ésta lo esquivó sin disimulo.

- ¡Vamos amor, no te enfades otra vez!- dijo Guillermo hastiado dirigiéndose hacia la puerta -…Tómate otro vodka y acuéstate pronto. ¡Adiós amor!

Cogió las llaves del coche y salió por la puerta cerrándola sin esperar respuesta.

- Adiós… ¡bastardo! – contestó ella en voz baja.
Nerea se bebió de un rápido trago la copa y estrelló el vaso contra la pared. Buscó el móvil en su bolso y marcó parsimoniosamente un número en su pantalla táctil.

- Soy Oscar – contestó la voz desde el otro lado de la línea.

- Acaba de salir, como me dijiste. Oscar quiero que continúes con lo pactado.

- ¿Está segura señora?

-Nunca he estado más segura de algo. Cuando lo confirmes vienes al chalet y te entregaré la segunda parte de lo prometido.

- Esta bien. No hay problema. Espéreme despierta – dijo la voz, y seguidamente colgó.

Nerea dejó caer el móvil al suelo, se derrumbó en el caro sofá y se cubrió el rostro con las manos mientras un ataque de risa nerviosa la asediaba. Sólo que esta vez no pudo evitar que al mismo tiempo los ojos se le llenaran de lágrimas.
“Vaya…-pensó – nunca hubiera imaginado que estas cosas sucedan en la realidad… igual que en las películas.”


2.

Guillermo apenas tardó 25 minutos en llegar al centro de la ciudad con su potente Audi. Cuando después de dar varias vueltas buscando aparcamiento se planteaba seriamente la posibilidad de estacionar su vehículo en el parking del hotel, de pronto, halló un espacio suficiente a menos de dos calles de su destino. Se sintió afortunado.

No era fácil aparcar un coche grande como el suyo en pleno centro, aún a pesar de aquellas horas de la noche. Cerró el auto, se puso su elegante abrigo y se dispuso a caminar los apenas 100 metros que le separaban del Hotel Royal.

Se sentía impaciente y al mismo tiempo nervioso; Pero no precisamente por su cita con Dana, ya que habían sido habituales durante los últimos 8 meses.
Lo que le ocurría en realidad es que no tenía muy claro cómo iba digerir Dana la gravedad de lo que tenía que contarle. Por otro lado, estaba tan seguro de ella como de él mismo y conociéndola adivinaba que primeramente se escandalizaría, pero tras unos minutos de meditación entendería que así era el único modo plausible de solventar aquel asunto.

Estaba convencido de que Nerea sospechaba algo de su infidelidad, ya que en varias ocasiones la había sorprendido husmeando en su ordenador, en su móvil, en su cartera o en los bolsillos de los trajes.
Aunque él, como hombre prudente que era, nunca había cometido un error o indiscreción que le delatara, se sentía bastante inquieto.

Si Nerea llegaba a descubrir que le era infiel automáticamente le demandaría el divorcio y eso le costaría su fortuna y el nivel de vida que ahora mismo se permitía. Además, sabía que desde una posición inferior a la que ahora ostentaba nunca podría complacer a una mujer tan especial como Dana.  Sus requerimientos económicos, los regalos, el apartamento que le mantenía y todos aquellos hoteles lujosos donde solían citarse desaparecerían como el humo de un cigarrillo en un bar de póker.

No. La opción del divorcio no era factible y por eso había tomado aquella determinación tan drástica y radical, que en el fondo le asustaba considerablemente.
Por otra parte, el pensamiento de compartir el resto de su vida – y de su fortuna innegablemente – con Dana le complacía con desmesura. Recordó, mientras caminaba, la primera vez que la vio en aquella fiesta en el hotel de Mónaco y como se quedó hipnotizado de sus ojos gatunos. Su rostro, sus curvas, su porte y apariencia hacían que desde el interior una voz le gritara estrepitosamente que ese era precisamente el tipo de mujer que le correspondía por derecho.

Y aunque Nerea era una mujer hermosa – y rica por demás – nunca adquiriría la clase de Dana, ni en mil años que estudiara a propósito para eso. Por no mencionar los celos desmesurados que le demostraba asiduamente y que él no soportaba. Pensó que quizás si no hubiera mostrado ese comportamiento tan celosamente exagerado las cosas podrían haber sido de otro modo y él no se hubiera sentido casi obligado a serle infiel, por despecho y por hastío.
Pero inmediatamente se percató que aquello era tan solo una excusa, porque del modo que fuera, en cuanto hubiera conocido a Dana se habría enamorado perdidamente de ella, como así había ocurrido.

Interrumpió su pensamiento por un momento al escuchar unos pasos a la carrera que provenían por su espalda y enseguida vio a un individuo pertrechado con una chaqueta marrón y una capucha de sudadera que, a unos pocos metros, se le acercaba rápidamente por en medio de la acera.
No le gustó su aspecto desaliñado pero se sintió aliviado porque en ese instante llegaba al portal de entrada del lujoso hotel.

Justo cuando posaba su mano en la barandilla de la amplia puerta de cristal sintió un potente golpe en la cabeza que le dejó aturdido por algunos segundos y cuando giró la cabeza, vio al corredor como se alejaba cruzando la calle, zambulléndose peligrosamente entre el tráfico y desapareciendo de su vista velozmente.
Se frotó con la mano donde pensaba que había recibido el golpe de aquel tipo, sin dilucidar muy bien sus intenciones, y se sorprendió de que no le doliera en absoluto. Quizás no había sido tan fuerte como le pareció en principio. En todo caso, se encontraba perfectamente y supuso que aquel tipejo se había tropezado con él sin apercibirse, ya que ni siquiera se detuvo un momento a disculparse.

Lo importante es que se encontraba a escasos metros de su amada y ahora debía pensar bien en como plantearle la cuestión que tanto le alteraba. En el fondo, albergaba cierto temor a que Dana rechazara su propuesta y sobre todo ahora, que ya estaba todo en marcha y era prácticamente inevitable.

Subió las escaleras del hall dirigiéndose hacia la cafetería donde había quedado con la preciosa mujer y sentía las piernas como en una nube. Le pareció muy curiosa esa sensación y distraídamente, casi sin darse cuenta de cómo había llegado, ya estaba justo enfrente de Dana que, sentada elegantemente en un taburete de piel y de espaldas a él, se apoyaba en la barra sosteniendo con delicadeza un Martini.

Por un momento se sintió indispuesto, como mareado, y supuso que los nervios lo estaban traicionando. Tenía que hablar con ella inmediatamente y resolver sus dudas con prontitud.

- Hola Dana  -dijo ensayando una sonrisa – Estas preciosa incluso de espaldas.

- Hola Guillermo – dijo ella mirándole – Gracias, ya me sentía muy sola. Te echaba de menos y ya me estaba aburriendo. He tenido que espantar algunos moscones. Si hubieras tardado más, me habría marchado con el primer pretendiente guapo que me lo hubiese propuesto.

- Jaja, no lo creo. No es tu estilo.

-Pues claro que no tonto – dijo entornando sus ojos felinos-…mi estilo eres tú.

Guillermo sintió un regustillo en la boca del estómago. Se sentía feliz y orgulloso de ser capaz de acaparar a una mujer como aquella.



3.
Guillermo sonrió por un instante, pero enseguida se puso serio. Se sentó a su lado y comenzó a hablarle.

- Mira amor, tengo que comentarte algo importante; Espero que seas razonable y lo entiendas…

-¿Se ha enterado Nerea de lo nuestro? – preguntó asustada.

- No…no…tranquila, eso no ha pasado, pero tiene que ver con ella.

- Bueno, pues cuéntame…-y sorbió pausadamente un traguito de su bebida.

- Veras amor… – comenzó dubitativo Guillermo – No sé si he hecho una tontería, aunque te digo que igual ya no tiene remedio.

- Ok. Te escucho, pero dame un cigarrillo.

Guillermo sacó uno de su cajetilla y encendiéndolo se lo pasó.

- Cariño, - continuó - … sabes que hace unos días me marche a Colombia por trabajo. Allí, después de las reuniones, en un bar conocí a unos tipejos realmente de mala catadura. No me preguntes ni cómo ni por qué, pero poco a poco la conversación y las copas nos llevaron a hablar de ciertos temas en los que esas gentes son especialistas. Sicarios los llaman allí. El caso es que se me ocurrió proponerles un asunto que al realizarlo solucionaría todos nuestros problemas y podríamos comenzar una nueva vida, los dos juntos.
Uno de ellos, un tal Mikel, se mostró francamente interesado y predispuesto, de modo que quedamos en concretar un plan para solucionar el tema de Nerea…

Dana miraba a Guillermo sin inmutarse, cosa que le sorprendió extraordinariamente. Realmente él no esperaba una reacción tan fría de aquella mujer tan temperamental y menos tratándose de un asunto tan delicado. De nuevo se sintió un poco mareado y de repente, el humo del cigarrillo parecía envolverlo todo, como si hubiera cobrado vida propia.

- Y bueno…-dijo Guillermo perplejo - … ¿No me preguntas nada? ¿No quieres saber que hablamos Mikel y yo?...

Dana seguía mirando fijamente a Guillermo, pero esta vez en su mirada no había brillo. Parecía enturbiada por el humo extraordinariamente denso de aquel maldito cigarrillo.
Dana dio una lenta y larga calada y expeliendo el humo, pausadamente dijo:

- “¿Y quién es Nerea?...”

¡Guillermo se quedó atónito, sin saber que decir! 

Pero su sorpresa apenas duró unos instantes, para dar paso a otra mayor:
De pronto Guillermo observó como Dana parecía estar hecha entera de ese humo denso; Su pelo, sus manos, sus ojos y boca… ¡Todo su cuerpo no era más que humo que se desvanecía etéreamente delante de sus propios ojos hasta desaparecer por completo!
De pronto él también se sentía ligero como el humo que la había absorbido a ella, pero en vez de desaparecer se sintió transportado, como flotando, en dirección a la calle. A la puerta de aquel hotel.

Y espantado, se vio a sí mismo en el suelo, desangrándose por una tremenda herida en la cabeza, notando claramente como la vida se le escapaba por segundos.
Entonces comprendió que nunca llegó a entrar al hotel, que nunca habló con Dana, que todo había sido una alucinación de moribundo ocasionada por el tiro que aquel tipo desalmado de chaqueta marrón le había descerrajado en la nuca, frente a la puerta del hotel.

Con el último atisbo de vida, en el último segundo, alzó los ojos y vio a Dana, rodeada entre una multitud de personas tras la cristalera de la puerta del hotel. Tenía las manos en el rostro y lloraba.

Él la miró por última vez mientras toda su vida pasó por delante de sus ojos, como en una película rápida, reviviendo cada uno de los instantes que vivió con ella. Recordó cuando se conocieron, cuando hablaron por primera vez, cuando hicieron el amor en aquel hotel de Mónaco. Todo transcurría una y otra vez en su mente – en lo que quedaba de ella – hasta que sencillamente, con una última sonrisa todo se le quedó a oscuras.

Guillermo nunca llegó a oír el testimonio que hicieron a la policía unos chavales que habían sido testigos de lo sucedido en la calle:

“El hombre de la chaqueta marrón saco una pistola y le disparó por detrás a la cabeza de ese señor y luego corrió hacia  allí, saltando y esquivando coches, agente, como en las películas…”


4.

Nerea ya se había servido 5 vodkas y estaba un poco borracha. Lo bastante como para acumular el valor necesario para enfrentarse cara a cara con el asesino de su marido y darle en mano la mitad restante de lo que pactaron por su muerte.

50.000 euros fue lo acordado. Sólo le restaba darle los últimos 25.000, que mantenía a buen recaudo en una caja fuerte del chalet y su vida daría un giro de 180 grados.

No dejaba de pensar en cómo lo habría ejecutado Oscar, si sufrió, si había sido consciente de que lo estaban matando…si se acordó de ella en su último minuto de vida.
Pero le bastaba pensar en su infidelidad para que aquellos remordimientos desaparecieran instantáneamente. Su sed de venganza, sus celos, eran mil veces más poderosos que el amor que hubiera podido sentir por aquel hombre en ningún momento de toda su relación.

¡Se sentía tan mancillada, tan humillada!

Sin duda, Guillermo merecía aquella muerte al igual que ella merecía una vida mejor, con un hombre mejor y, por supuesto, un amor mejor.

Llamaron a la puerta y Nerea se levantó del sofá en un brinco.

Estaba aterrorizada y, curiosamente, también excitada. La perspectiva de una nueva vida ante sus ojos le parecía un acto maravilloso de justicia divina.
Se acercó apresuradamente a la puerta, la abrió y se dirigió rápidamente y sin mirar atrás hacia la caja fuerte camuflada tras el bonito cuadro decorativo de la pared del salón.
Quería darle el dinero a aquel hombre y que desapareciera lo antes posible de su vida.

- ¡Pasa y cierra la puerta Oscar! Voy a darte inmediatamente lo prometido... Espero que todo haya salido como planeamos…

Pero el hombre no traspasó el umbral.

- ¿Eres Nerea? – dijo una voz desconocida desde la entrada.

Nerea se quedó petrificada.
Se giró muy despacio y miró a aquel hombre extraño, plantado como una estatua en la puerta y con un arma en la mano.

- Sí, soy Nerea…-dijo con apenas un hilo de voz.

- Estupendo. Yo me llamo Mikel. Ya están hechas las presentaciones. Vengo a cumplir con mi contrato.

Y le disparó dos certeros tiros a la cabeza.



- Fin -