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Como viene siendo habitual voy a
desclasificar otro de mis archivos privados, con el solo ánimo de informar
sobre determinados sucesos y por considerarlo de interés general para el
público. (Quizás me recuerden por el anterior documento que publiqué en este
mismo medio http://www.loscuentos.net/cuentos/link/490/490786/
en “El Caso Porcel”) o en este mismo blog.
Pero por si no me recuerdan, les diré
que mi nombre es Ariel Merino y soy Inspector del Cuerpo Nacional de Policía,
donde me ocupo específicamente de los casos clasificados como “inhabituales o
anómalos”.
He de puntualizar que el relato en esta
ocasión es distinto en la forma en la que lo hice en el anterior - que fue de manera
más subjetiva - y que en este me limitaré a copiarlo íntegra y fielmente desde
el atestado policial que realicé en su momento, para que de este modo el
posible lector lo interprete según sus propias y genuinas deducciones. Nunca ha
sido mi intención influir bajo ningún concepto ante las conclusiones que se depararan
tras la lectura de los hechos relatados.
Es evidente que, tanto mi nombre (naturalmente,
utilizo seudónimo) como los demás nombres implicados en los hechos acaecidos en
este atestado, fechas, direcciones o referencias personales, han sido modificados
o censurados en parte para salvaguardar la identidad de los concurrentes y la
situación de los domicilios particulares.
Aclarados estos matices, procedo a
transcribir el documento oficial que, por ser algo extenso, publicaré
fraccionado:
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Ministerio del Interior
Dirección General de la policía
Jefatura Superior de Madrid
// Instructor: 1430XX // Atestado nº: 12XX
// Secretario: 0 // Dependencia:
Jefatura Superior.
En Madrid, siendo las XX horas del día
XX de Marzo de 20XX, ante el instructor y secretario arriba mencionados:
- - COMPARECE:
- Don Ignacio XXXXXXXX XXXXX con D.N.I:
24.3XXXXX-X y domicilio ubicado en la calle XXXXXX nºXX, según consta en su documento y que el
denunciante verifica de palabra, que:
- - MANIFIESTA:
- - Que comparece, visiblemente nervioso
y en un estado de excitación muy elevado, para dar cuenta de los hechos
ocurridos desde el día de ayer, a las XX horas aproximadamente, en la VÍA PUBLICA URBANA,
Calle XXXXXXX nº XXX sita en Madrid y
que es domicilio habitual de su amigo Don Víctor XXXXX XXXXXXX con motivo de una serie de sucesos que se
detallan continuación:
- - Que dice que mientras se encontraba
en su consulta, ejerciendo rutinariamente su profesión de doctor en medicina,
recibió una angustiosa llamada telefónica del arriba mencionado Víctor, del
cual atestigua ser amigo desde hace varios años, y teniéndolo por persona cabal
se sorprende con la premura y desazón con la que le insta para que acuda a
visitarlo a su domicilio, ya que dice encontrarse en una situación de urgencia
médica y de peligro inminente, sin especificar en modo alguno la naturaleza
concreta que le acarrea esta circunstancia.
- - Que como su amigo nunca
anteriormente había demostrado ese comportamiento y temiendo se encontrara en
una verdadera situación crítica, se alarmó considerablemente y portando algunos
utensilios propios de su profesión, se traslado velozmente al domicilio de
este, que cuando llegó estaba la puerta abierta y al entrar lo encontró postrado
en un sillón de la habitación cubierto tan solo con una sábana negra de seda que
conjeturó perteneciente al ajuar, ya que pudo observar desde su situación otra
similar encima de su cama. Que le sorprendió la actitud de Víctor ante la
petición de que se descubriera para poder reconocerle, ya que estaba envuelto
hasta la cabeza y no se le apreciaba ni rostro ni extremidades, pero que solo
obtuvo en reiteradas ocasiones la vehemente negativa de su amigo a descubrirse,
incluso violentamente, mientras insistía en que se sentara frente a él porque
debía contarle algo que le había sucedido y le suplicaba por si él tuviera
explicación.
- - Que accediendo finalmente a su
insistencia y ya que articulaba palabra con fluidez meridiana, dedujo que
quizás su grado de peligro físico fuera menor que el anunciado, aunque si
observaba en él un estado tan alterado que rozaba el paroxismo, por lo que se
dispuso a tranquilizarle del mejor modo que pudo y animándole a que le relatara
que había sido lo ocurrido que lo dejara en tan pavoroso estado.
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- - Que el compareciente, tras calmar
suficientemente a su amigo Víctor hasta el punto de poder explicarse con
coherencia, se sentó frente a él en otro sillón que allí había y se dispuso a
escuchar pacientemente lo que este quería decirle, pensando que, a la escucha
de su historia, su amigo se tranquilizaría sirviéndole esto como terapia y le
permitiría realizarle el reconocimiento médico pertinente a posteriori.
- - Sucesos que en boca de su amigo Víctor
relata a Ignacio y que este Instructor lo transcribe literalmente:
- - Dice Ignacio que su amigo comienza
relatándole como en la mañana de ayer, aproximadamente a las 10,00 horas, se
encontraba trasladándose con total normalidad en la línea 29 del autobús urbano
de la ciudad (EMT), distraído y sin prestar demasiada atención al resto de
pasajeros que le acompañaban, hasta que en un momento determinado y sin saber
demasiado bien por qué, se fijó que en una de las paradas subía una anciana de
aspecto harapiento, enlutada hasta el punto de no apreciársele carácter alguno
de sus facciones y que con descaro no adquirió el billete de transporte, y que
para sorpresa de él, pasó completamente
desapercibida para el conductor-cobrador del vehículo tal y como si fuera
invisible a sus ojos.
- - Que ante tal muestra de insolidaridad
ciudadana se sintió tentado de avisar al conductor de esta circunstancia y,
decidido, avanzó un par de metros
quedando frente a la anciana que le impedía el paso, ya que se
encontraba en el mismo sitio desde donde había subido al principio,
bloqueándole de este modo su progreso.
- - Que de repente reparó en que la anciana
no se sujetaba en modo alguno a ningún asidero de los que suelen haber para
evitar a las personas los desplazamientos incontrolados por los frenazos y
arranques propios de estos vehículos, pero que a pesar de ello se mantenía
completamente estable y sin moverse del sitio en absoluto, contrastando esto
con el movimiento del resto de todos y cada uno de los demás pasajeros.
- - Que constató al estar tan cerca de ella
que no se adivinaba ni la más mínima definición del rostro tras el sayo negro que
le cubría la cara, y que le sobrevino un repentino escalofrío cuando fijándose,
no pudo observar ni pies ni manos, de forma que PARECÍA FLOTAR A UNOS POCOS
CENTÍMETROS DEL SUELO de forma que esta visión le resultaba inexplicable.
- - Que asustado por lo extraño que
percibía intentó retroceder, pero se encontró imposibilitado, sintiendo como si
sus pies hubieran quedados adheridos a la superficie del vehículo y que, justo
en ese momento, la anciana levantó una manga del sayo del cual apareció una
mano extremadamente blanca – a su parecer, ya que no pudo verla claramente
porque cerró precipitadamente los ojos – y que rozó su frente, sintiendo en ese
momento un intenso frío que recorría cada una de las partes de su inmovilizado
cuerpo, sintiendo un estremecimiento que nunca antes había experimentado.
- - Que acto seguido, la anciana se dio la
vuelta, como si rotara circularmente sobre sí misma y dirigiéndose del modo
arriba descrito – como si flotara – se acercó al conductor del autobús y posó
su mano sobre el hombro de este, cosa que al contrario de él, pareció no
apercibirse ni inmutarse.
- - Que después de esto, ante la
impasibilidad del conductor, la anciana volvió a rotar sobre si misma y
avanzando de esa peculiar forma se dirigió hacia donde él estaba y que llegando
a su altura LO TRASPASÓ DE LADO A LADO, como si esa anciana fuera una
proyección o algo inmaterial, pero que por lo después observado él solo podía
ver, ya que la anciana continuo tocando en el hombro a determinados pasajeros
de modo aleatorio, sin que ellos se apercibiesen de la presencia de la anciana
y sin que él supiera por qué motivo así los seleccionaba.
- - Que después de unos segundos de
proceder la anciana de este modo, se dirigió hacia la parte trasera del autobús
y por unas causas que no consigue explicarse se volatilizó, fundiéndose con la
placa metálica al fondo del vehículo y desapareció.
- - Que en ese mismo instante se sintió
liberado, notando como sus pies parecían despegarse del suelo donde se hallaban
inmovilizados y dando un salto hacia atrás cayó sentado en el suelo, cosa que
propició que viera con sus propios ojos como todos aquellos que habían sido
rozados en el hombro por la anciana adquirían un color cetrino, grisáceo, casi
como en blanco y negro, mientras que los que no lo habían sido mantenían su
color natural, cosa de la que él solo fue capaz de percatarse, ya que ninguna
de aquellas personas parecía advertirlo.
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Llegado este punto, yo, como Inspector
curtido en cientos de situaciones en las que otros perderían los estribos,
decidí hacer un receso ya que Ignacio se mostraba cada vez mas alterado según
abundaba en la historia que le había referido su amigo Víctor y que ahora me
relataba para el atestado; Se podía observar a simple vista como el flujo de su
sangre golpeaba visiblemente en la vena aorta de su garganta, acompasándose a una
respiración que se agitaba violentamente por momentos.
-
Cálmese Ignacio. – Dije pausadamente -
Creo que se está poniendo usted demasiado nervioso y si quiere que le diga la
verdad, lo que me está contando que le relató su amigo Víctor me parece una
retahíla de disparates, ocasionados quizás por alguna droga o algún tipo de
enfermedad mental. Sinceramente, no sé por qué se toma tan en serio las
explicaciones de Víctor. Usted, como doctor, debería saber que no tienen ni
pies ni cabeza y menos un motivo serio para alterarlo a usted de ese modo. Pareciera
que su amigo Víctor le hubiese contagiado su locura. Quizás, como amigo suyo y
médico podría recomendarle algún compañero especialista en psiquiatría o en rehabilitación,
si fuera el caso...
-
¡Usted no me está ayudando nada
Inspector! – Contestó dando un respingo – ¡He venido principalmente a pedirles
ayuda, porque no sé como manejar esto! Ah, pero claro...es que aún no he
terminado de contarle todo y es por eso que no me entiende...
-
Pues si se encuentra en condiciones
podemos continuar...Porque realmente aún no consigo ver porque está usted
prestando declaración en esta comisaría, en mi presencia. Hasta ahora no veo
indicios de delito si no más bien la contagiosa chifladura de un individuo, al
que usted toma demasiado en serio... La policía no está para atender desvaríos,
señor mío...
-
No, no...téngame un poco de paciencia y
yo le explico – Dijo exhalando una gran bocanada de aire -... ¿Puedo fumar un
cigarrillo?
-
Aquí no se puede fumar...pero si eso va a
tranquilizarle, hágalo. Me gustaría acabar con este extraño atestado antes de
finalizar mi turno.
-
Gracias inspector. – Ignacio encendió
parsimoniosamente su cigarrillo mirando distraídamente el humo que se dispersaba
por el despacho, como si de él fuera a extraer las palabras con las que pensaba
proseguir.
-
Continuemos pues...- dije algo molesto
por su calmosa abstracción.
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- - El compareciente dice que su amigo
Víctor le relató que seguidamente se apeó a la mayor velocidad de la que fue
posible de aquel autobús, que continuó perdiéndose en los aledaños de la
siguiente calle de su ruta y que no tuvo más noticias de este, hasta llegar a
su domicilio, en circunstancias que posteriormente explicaría.
- - Que en el trayecto de vuelta a su
domicilio Víctor le relató que de repente fue consciente de que en la calle y
junto a varias decenas de transeúntes podía observarse que muchos de estas
personas estaban acompañados de figuras negras, ligeramente separados por pocos
centímetros, de la misma forma que había visto anteriormente a la anciana,
siendo estas por el contrario de distintas tallas y medidas, habiéndolas con
forma de recios hombres, mujeres e incluso niños, asemejándose estas en la
forma de la persona que seguían. Aunque si constató que aquellas figuras a las
que pudo ver rozando el hombro de su acompañante – no lo hacían todas –
convertían a aquellas personas a los
mismos tonos grisáceos que había visto en el autobús. Espantado por esta visión
se trasladó velozmente a encerrarse en su domicilio ante el temor que le
producía la simple visión de aquellos seres y el miedo patente a que a él mismo
lo transformaran.
- - Que una vez en el domicilio encendió
la televisión, desconcertado, por si algo
de aquello figurara en algún informativo y que justo en ese momento estaban
ofreciendo la noticia del terrible accidente de un autobús de la línea 29, que se había estrellado hacía pocos minutos, en
el que se habían producido varias victimas mortales, incluido el conductor del
transporte.
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- - Que dadas las extrañas circunstancias y lo
acontecido, dedujo que algo siniestro se abatía sobre su persona sin conseguir
darle explicación, dada la relación que existía entre lo que él había
experimentado en el autobús y su posterior accidente y que su primer impulso
fue llamar al que relata, pero que se vio impedido a hacerlo en ese momento ya
que una de esas figuras negras se encontraba justo en el centro de su
habitación. Sin embargo, según explica el dicente, esta vez en vez de sentir
pavor se enfrentó a tan macabra visión, que parecía aguardarle en su propia
casa, y dirigiéndose a esta presencia le grito QUE QUIERES DE MI, POR QUÉ ME
PERSIGUES, y algunas otras frases del mismo contexto, y que esta criatura se
trasladó sin rozar el suelo hasta pocos centímetros de su persona y le ordenó
QUE CALLARA Y ESCUCHARA ATENTAMENTE LO QUE HABRÍA DE DECIRLE, y él así lo hizo.
- - Que la criatura seguidamente le explicó que lo que
estaba experimentando era forma y parte natural de la muerte individual de cada
persona de este mundo.
Que una vez llegado el trance, al contrarío de lo
supuesto por infinitud de personas en todo el planeta, la muerte es un proceso
tal que un nuevo nacimiento, en una nueva dimensión en la que la vida se
comporta de un modo distinto, y que al igual que disponemos de obligaciones en el
propio mundo terrenal, también las hay para cerrar el transito
satisfactoriamente hacia esa nueva vivencia, debiendo cumplir determinas
acciones para poder acceder al portal donde una vida distinta continua.
- - Que su obligación era contactar con el dicente –
Ignacio – ya que el objetivo de Víctor no era otro que señalar el hombro de su
amigo para que su reloj biológico comenzara a dejar de funcionar, ya que era su
hora, y que esto se simbolizaba con un cambio en los colores de las personas
que solo ellos podrían apreciar cuando al que tocan es el ser o seres que
tienen determinados. Si no es así, el transito pudiera alargarse por muchos
siglos hasta que casualmente encontrara a la persona o personas para la que fue
determinada señalar y que incluso existían casos de algunos que nunca hallaran
a su objetivo, vagando por siempre como seres errantes que nunca
cumplimentarían el transito.
- - Que Víctor preguntó al ser oscuro el por qué de
que le explicara todo aquello y la circunstancia de que aquella anciana le
tocara en la frente y no en el hombro como a los demás, que parecía querer
decirle con esto que su muerte era inminente, ya que el podía ver desde
entonces a las personas que se transformaban a grises,
a lo que la
figura negra le contestó: TÚ ERAS EL OBJETIVO DE LA ANCIANA PERO NO PARA SEÑALAR TU
MUERTE. TE TOCÓ LA FRENTE PARA
ABRIRTE LOS OJOS Y PUDIERAS VER Y RECONOCER TU NUEVA DIMENSIÓN. AL IGUAL QUE
LAS MADRES NOS CUIDAN Y PROTEGEN DESDE EL TRANCE DEL NACIMIENTO, YO SOY TU GUÍA
Y LA ANCIANA CUMPLÍA SU MISIÓN, Y
ASÍ HA SIDO. AHORA QUE YA AMANECIDO DEBES LLAMAR A TU AMIGO IGNACIO.
-
A ver... ¡un momento, amigo Ignacio! – Dije resoplando
con incredulidad – ¡Usted quiere hacerme creer una milonga infumable!... ¿Como
se le ocurre venir a una comisaría a soltar tan ricamente tal cantidad de
sandeces?
-
¿No lo ha comprendido Inspector...? ¡Víctor me tocó en
el hombro esta mañana mientras hablábamos! ¡De repente alzó una mano cadavérica
y me rozó el hombro...! ¡Inspector, Víctor quiere asesinarme! ¡Le juro que
cuando me tocó le arranqué la sábana negra que lo cubría... y allí no había
nadie!
-
Mire Ignacio, ya estoy harto de tonterías – dije
levantándome bruscamente de mi asiento y con un golpe en el cristal de la
puerta avise al agente de guardia que permanecía fuera del despacho -...
Agente, acompañe a este señor a su domicilio... Ignacio, usted firme esta
comparecencia que debo archivar por protocolo y márchese a su casa. Ya hemos
perdido demasiado tiempo.
-
...¡Pero inspector, debe usted creerme...vaya al
domicilio de Víctor!¡Compruebe lo que le digo!
-
¡No me haga perder más el tiempo caballero! Márchese
por su propio pie si quiere o el agente le llevará esposado...y si dice media
palabra más dormirá en el calabozo. ¡Firme y terminemos con esta farsa!
- - Que el dicente no tiene más que decir, firmando su
declaración en prueba de conformidad, en unión del Instructor.
CONSTE Y
CERTIFICO.
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// NOTA COMPLEMENTARIA A PIE DE ATESTADO //
- - Este Instructor que cumplió con la diligencia en
modo y forma, con fecha arriba indicada,
precisa ampliar con una aclaratoria la finalización de este atestado:
MANIFESTANDO:
- - Que cuatro días después de la redacción de este
peculiar atestado en presencia de los concurrentes arriba especificados, y
preocupado por la salud del dicente dada su extraña declaración, se persona en
el domicilio del declarante -Ignacio- junto a una dotación Z, con
identificativos C-21 y Z-14, para verificar cualquier anomalía con el mismo, y
habiendo llamado en repetidas ocasiones a la puerta del domicilio indicado en
el atestado por el dicente sin obtener contestación, se decide romper un
pequeño cristal situado en la parte superior de la puerta para que por medio de
un gancho y un cerrajero proceder a efectuar las comprobaciones oportunas,
saliendo inmediatamente de la estancia, por el hueco de la rotura, un olor
característico que alerta a los agentes y a mi mismo, ya que es reconocido como
sintomático de putrefacción.
- - Que efectuada la gestión previa mediante orden
judicial se ordena al cerrajero a la apertura de la puerta del domicilio citado
por el declarante, encontrando inmediatamente en el interior a un cuerpo
ahorcado mediante cable telefónico y colgado del quicio de la puerta, siendo
imposible realizar una identificación positiva del dicente debido a su avanzado
estado de descomposición y a un color grisáceo que enmascara las facciones
haciéndolas irreconocibles. Posteriormente se efectúan las diligencias de
levantamiento de cadáver y policía judicial y se traslada el cuerpo al
anatómico forense, para la verificación de identidad y procedente autopsia.
- - Así mismo, para cerrar cualquier línea de sospecha
de homicidio se interviene, con las mismas dotaciones arriba señaladas, a hacer
averiguaciones en el domicilio del otro implicado en la declaración del
fallecido, - Víctor - por si le depararan consecuencias o tuviera causa a
proceder, hallando en el interior de este domicilio otro cadáver, pero en
estado esqueletizado, datándose por el forense que asiste una data de la muerte
de alrededor de 3 años y medio, no siendo consistentes ni necesarias mayores
pesquisas por no concurrir en tiempo y fecha del asunto anterior, por lo que se
cierran las vías de investigación por estos cauces.
- - Sin nada más que decir, archivando el atestado
para su pronunciamiento judicial. CONSTE Y CERTIFICO.
Inspector CNP
Ariel Merino.
6/2013