30 de mayo de 2012

El diario en la pared



15-2
A vuelto a suceder.
Mi memoria vuelve a estar difusa, tan neutra como el blanco de este muro.
Como las otras veces, he vuelto a olvidar por qué estoy aquí o cuanto tiempo llevo encerrado, pero el truco consiste en ser persistente. Cuanto más me olvido, más me esfuerzo en recordar.
Sé que resultó en otras ocasiones, aunque ahora no recuerdo cuales.

17-2
Hoy nada más amanecer, con el primer rayo de luz se coló por la ventana una mariposa amarilla y negra. No era ni grande ni pequeña, únicamente tenía el tamaño justo y preciso para una mariposa. Estuvo mucho rato posada sobre mi hombro, haciendo cosas de mariposas. Se sacudía las alas, se frotaba las patitas, a ratos se quedaba inmóvil, como muerta y de repente parecía que se despertaba de un susto y aleteaba furiosamente. Pasó gran parte de la mañana conmigo e incluso le conté algún secreto.  
Después, me la comí.
No lo hice con mala intención. Sencillamente quería recordar lo que era sentir dentro de mi un poco de libertad.
Fué como dar un paseo con sabor a mariposa.

21-2
He intentado decirle al guardia que mitiguen un poco los ruidos allí afuera porque hacen que me duela aun más la cabeza, pero me da la sensación de que no me ha entendido. Hay veces que parece que no hablamos el mismo idioma, aunque curiosamente yo a él si lo entiendo.  
Me dijo:
“La comida” y “No son ruidos, son pájaros”…
¿Pájaros…? ¿Cómo iban a ser pájaros ese ruido infernal?
Además… ¿Quien iba a querer traer pájaros a mi ventana… y para qué…?
Le pregunté como sonaba un pájaro, porque ya no lo recordaba. Me miró unos segundos, se dio la vuelta y se marchó sin decir palabra.
Ahora si estoy casi seguro de que no me entendió, porque probablemente no hablamos el mismo idioma.

27-2
Hoy pensé en escribir de nuevo cuentos con la comida. Los llamo “Cuentos en el aire”. La idea se me ocurrió un día de mucho aburrimiento cuando empecé a garabatear palabras con un palito de patata frita.
Me quedó un cuento fabuloso, aunque ahora ya no lo recuerdo entero, pero si sé que era impresionante. Trataba de la vida de una patata que tenía un amigo tomate y cruzaban el gran charco en busca de unas pequeñas uvas perdidas…Había también un rey pollo que pretendía hacerlos prisioneros y… ¡que se yo cuantas cosas más!
¡Tantas aventuras y peripecias vivieron!...
Pero hoy, me han traído acelgas… ¡Puag!
¡No creo que haya nadie en el mundo capaz de escribir un cuento razonable con acelgas!
Aunque si comencé a escribir un tierno relato de amor entre unas natillas y una galleta… pero me las tomé tan deprisa que me quedé estúpidamente sin saber el final de la historia.

3-3
Me he enojado con Ray y desde ayer no nos hablamos.
El problema de los amigo imaginarios es que se parecen tanto a uno que al final terminas por discutir.
El caso es que empezamos bien la tarde, contándonos viejos chistes que nos hicieron reír, aunque ya los conocíamos todos.
Pero eso da igual, porque no se trata tanto de lo que dice el chiste si no de la forma de contarlo y, en eso, Ray es un maestro.
La discusión comenzó tontamente cuando contaba uno de los más antiguos y yo, partido de risa, le adelanté el final. ¡El muy cenutrio se puso rojo de rabia y hasta tartamudeaba cuando me decía que siempre le hacía lo mismo!¡Bendita paciencia tengo que tener!
Si no fuera por que soy tan reacio a hacer nuevos amigos…


- Carlos, ¿vas a la 19?

- Si… ¿Por?

- Que te acompañe el nuevo, así va conociendo la fauna.

- Esta bien. Ven conmigo… ¿Como te llamas?

- Ah, me llamo Alejandro, pero todos me llaman Alex.

- Ok Alex. Yo soy Ignacio, pero ya sabes...Nacho.

- Encantado Nacho… Y bueno… ¿que vamos a hacer?

- Vamos solo a cambiar unas sábanas…No te preocupes, el inquilino no es de los peligrosos. Ya sabes como funciona. Yo entro a cambiar la ropa y tú te quedas en la puerta… espera, que abro…

Nacho entra en la blanca celda y comienza a cambiar tranquilamente las sabanas.
Mientras, desde la puerta, Alex observa al enfermo que habita la estancia.
Está sentado en el suelo, en un rincón cara a la pared.
En el muro de enfrente Alex observa una serie de letras y números:

15-2
AMCCS
17-2
HNESPDNSF
21-2
HHMPCAQLMA
27-2
HLLMHTPNA
3-3
MEEPLEBS


- …y ¡vaya! – Dice Alex sorprendido – ¿que significarán todas esas letras?

-¡Vaya usted a saber! – contesta Nacho echando una mirada de condescendencia hacia el enfermo - …Seguramente son letras inconexas, escritas al azar en sus delirios. Pero da igual…la semana que entra vienen a pintar de nuevo... ¡ja!
Los pintores ya tienen por costumbre repasar la 19 y a este no creo que le importe.
Al día siguiente volverá a garabatear otro montón de letras.

- ¿Y por qué no le quitas el lápiz?

- Porque tan solo es un lápiz… ¡que más da, si se entretiene tranquilo dibujando en las paredes!..Además, así no juega con la comida.

El enfermo gira lentamente la cabeza y mira a los funcionarios con los ojos entrecerrados y piensa:

“Nota mental: no olvidarme de aprender el idioma de los guardias”







No hay comentarios:

Publicar un comentario