6 de junio de 2011

BASICOS ( 2 ) - Aire



Viento.

A lo lejos, las nubes se mezclan con la línea del horizonte.
Tal es la magnitud de la distancia.
Recortadas contra el cielo, como en pequeños collages, enormes cordilleras navegan estáticas la quietud del valle, mientras el verde indefinido traza una pincelada aquí y allá, mezcladas con índigo, tierra, siena y sombras traslúcidas en marengo.


El pelo revuelto por el viento, los ojos entrecerrados por la luz y los pies bien pegados al suelo, justo en el borde del precipicio, casi infinito en su profundidad y perdido en una lejanía vertical, que hace que el estomago se apriete contra las costillas.
Continúo, a mi parecer desde siempre, como una estatua labrada a escasos centímetros del abismo, cuando percibo que ya no estoy solo.


Con los brazos bien pegados al cuerpo, un poco inclinado hacia adelante para contrarrestar la fuerza del aire y con una media sonrisa de felicidad que me nace de dentro, giro la cara y miro al recién llegado. El, mira al frente, al punto donde aun conservaba recuerdo de haber estado mirando, anhelándolo como un destino tan imposible como lejano. El, sonríe y me mira a los ojos. No se quien es, pero lo reconozco familiarmente.
Me alegro de volver a verlo.

La pregunta queda implícita en el cruce de las miradas.


- Vamos ya? – me dice
- Y…como? – le respondo extrañado - que no ves la distancia?...
- Pues, como ha de ser!...no me digas que te has olvidado!


Siento algo de vergüenza. Realmente no consigo asimilar porque le resulta tan sencillo a el, mientras yo no concibo como llegar. Debe de apreciármelo, porque cambia el gesto de burlilla socarrona, a verdadera sorpresa.


- De verdad no lo recuerdas? – me pregunta asombrado.
- No, de verdad, no se como podemos ir.
- Vamos!, en serio – dice algo impaciente ya.
- Si quiero ir!, dime como!
- Pues… volando! Como si no?


Su cara es pura diversión...Y mi vergüenza, absoluta…


De repente, me acuerdo!..
Como se me pudo olvidar algo así!!


Asiento con la cabeza, completamente abrumado por mi estupidez.El me mira con comprensión. Se ha dado cuenta de que, por fin, he recordado.


Una ultima mirada a los ojos. Una ultima sonrisa.
Levantamos los brazos y los pies despegan solos del suelo.
El viento agita fluido los cuerpos, mientras planeamos a cientos de metros por encima de aquel enorme barranco infinito, y la vista fijada en el punto que parece nunca llegar.
Me sentía inmensamente feliz.


Había vuelto a casa.


Gmg 2011


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